Cabezadas para Caballos
Las cabezadas son herramientas completamente necesarias para poder montar a caballo. Todo caballo debe tener dos estilos de cabezadas distintas, una para realizar actividades de hípica y equitación y otra para su uso en la cuadra. Estos elementos son de piel o cuero suave y aportan flexibilidad al movimiento del caballo sin dañarle, siendo más complicado que reciba rasguños o se hiera. A la hora de colocarla debemos tener en cuenta que debe estar bien ajustada, pero sin apretar demasiado.
Cabezadas para caballos
Son una parte importante del afianzamiento de la mandíbula y boca del caballo, puede estar hecha de dos tipos de materiales ya sea cuero o seda, es un conjunto de correas que se encargan de dar soporte a los huesos del cráneo del caballo evitando daños en la mandíbula.
A tener en cuenta para elección de la cabezada
Para seleccionar la cabezada adecuada hay que tener en cuenta las diferentes partes del caballo y escoger la que más se adapte a las mismas. Cambiará según la complexión del caballo. Partes del caballo a tener en cuenta para la elección de la cabezada:
- Los orificios de la nariz
- La mandíbula
- La lengua
- Los músculos de la mandíbula
¿Cómo escoger la más adecuada?
No todas las cabezadas son ideales para un caballo, nuestra elección debe estar basada no solo es la sujeción que esta proporciona sino en la anatomía de la cabeza del caballo que requiere ciertos cambios en las dimensiones de las correas. Como comentábamos anteriormente, debe ser elegida dependiendo de los huesos de la nariz, mandíbula, lengua, barras de caballo.
Las muserolas se encargan de hacer presión sobre el hueso de la nariz y restringir la apertura excesiva de la boca que haría que las riendas se salieran de la boca del caballo, es por eso que al momento de colocarla se debe tener especial cuidado, no ejercer demasiada presión y tampoco dejarlas demasiado flojas.
Deberíamos ajustar siempre que vamos a colocarla para hacer la menor presión sobre las fosas nasales del caballo al igual que sobre sus mejillas, garantizando así el flujo de aire adecuado para el caballo, además de que si ejerce una presión innecesaria estamos provocando lesiones muy tempranas causadas por la rienda en la mandíbula del caballo.